2006/03/14

Duelo por idiotez

Desde que era un mozalbete,
(hace ya un par de lustros ...no muchos en todo caso)
mi mayor sueño profesional era: Fracasar por exceso de éxito.
Hmmm..., ¿Hasta dónde podría remontarse un sueño tan absurdo?
En una historieta añeja, un inventor nerd, inventaba algo. Para probar ese algo, él mismo se sometía a condiciones extremas. El aparato resultaba ser una maravilla, sin embargo el tipo se confiaba y de tan bien que marchaba todo, pasaba a ser un desastre. El tipo fracasó por exceso de éxito.
En inumerables ocasiones he tratado de emular a este antiguo modelo. Sin embargo, nunca he logrado acercarme a ese cosquilleo que produce el trofeo máximo. Una vez escuché que el sabor del fracaso produce adición, tal vez ese es el secreto que impide el despegue definitivo... una mente atrofiada por la droga del fracaso.
Un gran filósofo dijo, que el secreto de la felicidad es reducir nuestras expectativas, hasta que coincidan con nuestras habilidades.
Tal vez el pequeño Doro Ayoros tenga razón y debamos mantener a la platea entretenida con una continua función de proyectos inconclusos.
Quizás... no la tengo muy clara, después les cuento.