2006/04/24

Puros perdones y un agradecimiento


Han pasado dos semanas y aún no logro pensar con claridad...
No se cuál fue el punto crucial que se me escapó, pero ya poco importa
Será difícil, pero lo tengo decidido... empezaré una nueva vida...
o me iré a morir a un lugar lejano. No lo sé
Desde el fatal día en que mis sueños se hicieron humo, en el más amplio sentido de la palabra, no he podido dormir tranquilo.
La investigación sumaria me liberó de culpa y fui declarado libre de responsabilidad civil y penal; más aún, los familiares de mis chamuscados ex colegas declararon no sentir algún tipo de rencor porque sólo hubiera un sobreviviente.
Son las cosas de la vida, ¿Cómo una institución tan prestigiosa puede desaparecer de la noche a la mañana?... No lo sé.
El Honorable Gobierno declaró que no era necesario reconstruir el Servicio Nacional de Astronomía, las ciencias del espacio son prescindibles y creo que se está por firmar un convenio para externalizar las observaciones con el reino de Burkina Faso.
Como no todo podía ser malo, el Gobierno decidió pensionarme al 200% y condecorarme con la medalla al valor ultra máximo, previa promesa de no volver a acercarme a un telescopio.
No quiero recordar nuevamente la noche del fatídico Congreso, sólo quiero decir que las cosas no hubiesen sido muy distintas, aún cuando las salidas de emergencia hubieran estado habilitadas y los extintores con su carga completa y la red de grifos con presión de agua suficiente... lo digo con absoluta responsabilidad y conocimiento, mal que mal fui el encargado de prevención de riesgos los últimos cinco años.
Queridos amigos, los recordaré por siempre. Gracias a ustedes cumpliré mi sueño de vender artesanía de cuero de serpiente en la desembocadura del río Congo.