2007/12/31

En el ajedrez del mundo

Hace algunos lustros... cuando daba mis primeros pasos en el mundo laboral, mi Jefe gastó algunos segundos en el mozalbete que fui.
Después de dar la lata casi una hora (tiempo en el cual sólo los cinco minutos iniciales se dirijió a mí ), terminó hablándole a una audiencia imaginaria...
"En definitiva, ser un buen jefe es como ser un gran jugador de ajedrez, debes saber mover las piezas con maestría..."
Han pasado los años y esas palabras aún hacen eco en mi cráneo.

Hoy tuvimos una reunión de planificación logística con Jack (mi actual jefe), estaba invitado además Navarrete, un chico de color que viene del Mato Grosso.
Habíamos terminado de entregar los requerimientos computacionales y abandonábamos la oficina... En eso, Navarrete se devuelve para pedir unos días de permiso... Traté de detenerlo, decirle que no era el momento apropiado...

¡¡¡¡ QUÉÉÉÉÉÉ... !!!! ¿QUERÍAN IMPRESORA?
¡¡¡ Piiiiiiico !!!

Fueron las últimas palabras de Jack, antes de cerrar la puerta.

¿Qué hicimos mal?, preguntó Navarrete.
Nada. Sólo que no nos hemos adaptado al ajedrez moderno.

2007/12/21

A pesar de todo... te sigo queriendo

Un desayuno normal, en un día cualquiera
ella lo mira coquetamente, mientras sostiene una cucharita que lleva hacia sus labios...


Amorci mira...

Te veo en el té


¡Ahora te como!



¿Cómo es posible tanta ternura?

2007/10/23

Una nueva forma de hacer management

Era hora de almuerzo y nos encontrábamos haciendo sobremesa, en el rincón más oscuro del casino del Servicio Nacional de Astronomía. Casualmente la mayoría pertenecíamos al grupo de los "disidentes".
La conversación giraba en torno a algunas polémicas decisiones técnico administrativas de nuestro jefe, Jack Torrance.
Con un tonito espasmódico docto tomó la palabra Lucciano
No entiendo de qué se quejan
Jack es un buen jefe...
Una persona preparada, profesional, un gran ejecutivo,
un auténtico líder, un caudillo que es capaz de guiar a sus huestes hacia el triunfo y además es buena gente.
El único problema...
¡ES QUE ESTÁ COMPLETAMENTE LOCO!
. . .
. . .
. . .
Nos miramos y después de unos segundos cambiamos de tema y hablamos sobre la pasada fecha futbolística en El Congo.

2007/10/21

Del norte de Italia


"Como la mayoría de las grandes ideas, esto nació de una conversación al calor de una ronda de cervezas".

Estaba tratando de convencer a mis amigos de mis orígenes italianos y les conté la historia tantas veces escuchada a mi anciano padre... que su familia era del norte de Italia, de la región de cidentee (léase chidente) y descendíamos de Cayo Tulio Primer Pretor de Iberia y habíamos emigrado del país asesorados gentilmente por unos amigos (y acreedores) del bisabuelo... desde ese lejano pasado ninguno de los descendientes había vuelto al terruño original (ese fue mi melancólico final)...
El intrigante de Doro Ayoros se paró y dijo que entonces, en estricto rigor yo era "di cidentee" (léase dichidente con el peor acento italiano que pueda imaginar) y que por eso nunca estaba de acuerdo con nada...
No entendí bien lo que quería decir, pero le dije que no estaba de acuerdo y que hablaba puras huevadas (él)...
....

Putas la historia huevona, pero así nació el grupo de los disidentes.


2007/10/03

Cuando perder es mejor que ganar...

La vida en el Congo no es fácil para un machote que trata de mantener contenta a su hembra (y no me refiero a la parte sexual).
El punto es que ella está decepcionada, porque su blog sólo tiene 4.000 visitas en algo más de 7 meses. A mí me parece una cifra considerable... considerablemente alta si la comparamos con las 400 que llevo en casi 2 años, al ritmo actual necesitaría entre 15 y 20 años para igualarla, 30 a 40 años para duplicarla, 45 a 60 años para triplicarla... y así (suponiendo que todavía existan los blogs en 10 años más).
La psicología femenina es incomprensible... ¿qué habría pasado si hubiera tenido una cantidad de visitas normal? (o sea similar a la mía, que espero que sea una cifra normal)
Nobody knows!
Los caminos del señor son misteriosos.

pd: ¿influirá en algo el que ella esté emabarazada?

2007/08/18

Antes de Fontanarrosa


(Este fue el 1º cuento de fútbol que leí en mi aperrada vida)


Sangre azul

MÁS QUE UN EQUIPO DE FÚTBOL, esto es una pasión que se lleva adentro, compadre, algo que te toca las fibras más íntimas del corazón, algo con lo que nunca voy a permitir que me agarres para el hueveo, no sé si me voy dando a entender. Al principio eran las pichangas en el barrio, las primeras fiestas, toda esa cantidad de minas que nos pescábamos juntos. Después cambiaste, después del noventa y uno te convertiste en uno de ellos, y hasta ahí llegamos juntos no más, yo no. te pude seguir, tú no me pudiste seguir a mí, así es la vida.Me acuerdo, éramos los reyes de la jarana, las noches de fin de semana temblando a nuestro paso. Me acuerdo, compadre, cómo la Gran Avenida se nos abría de piernas en las discotecas, cómo los ingenieros de la Compañía de Cervecerías Unidas se quebraban la cabeza ideando la forma de satisfacer nuestras gargantas.¿Puedes recordar la liguilla del ochenta, compadrito? Los dos juntos en el estadio, pendejos todavía los dos, pero ahí, en donde todo quemaba con un calor que nadie más conocía, debajo del marcador, vibrando con el penal que el loco Carvallo le atajaba al llorón Carlitos Rivas y luego ese pase largo para el chico Hoffens que corría solo por la derecha dejando atrás a los cogoteros, la pelota que recibía el Sandrino Castec, que apenas la tocaba para el turco Salah y el turco enchufándola'con tuti adentro del arco, con Gato Osbén y todo para adentro, rompiendo la red al minuto ochenta y nueve. La U dos, Cogoteros uno, la U a la Copa Libertadores de América y nosotros más felices que la cresta.No podía saber entonces que lo que te gustaba a ti no era el sentimiento, la pasión, sino el gustillo a triunfo. No dijiste nada cuando el turco se fue de entrenador al Colo Colo, de a poco comenzaste a abandonar los estadios. Cuando bajamos a segunda, amenazaste incluso con abandonar el equipo.Lo pasábamos bien, sí, pero al mismo tiempo eras bien traidor, conchetumadre., Te pegabas al televisor viendo la Copa Libertadores, me acuerdo clarísimo: yo salté con el gol de Boca en Buenos Aires y tú ahí, sentado en el asiento, mudo, bebiendo tu cerveza como si te hubiese dolido.Ya todo estaba claro para entonces, cuando te vi en la calle celebrando el triunfo ante Boca aquí en Santiago. Te pudiste haber ahorrado el discurso. "Necesito un equipo que sepa ser campeón, viejo", dijiste, y entonces pensé que algunos seres humanos pueden llegar a ser más arrastrados que un gusano incluso.Supe que fuiste al Monumental para la final, te vieron con un mantelito blanco amarrado a un palo, supe que en Plaza Italia saqueaste tiendas de tan raja que estabas. Pero tu sello estaba allí, viejo. Eras un palestino en medio de los milicos judíos, un yanqui rodeado de norvietnamitas.Llevabas el sello invisible de la U, y por eso rompiste más vidrios que cualquier indio maricón.Ahora te veo allí a través del lente de acercamiento, en medio de la Garra Blanca, con la cara toda pintada, creyéndose un guerrero mapuche antes de entrar en la batalla contra los españoles. Una cancha de fútbol nos separa y tú no te das cuenta que te observo, ni sospechas que estoy acá. Olvidaste todo el hueveo, el carrete de cuando chicos. Ahora trabajas en una oficina y te descargas en el estadio. Me da risa, necesitas un equipo que sepa ser campeón.Sale Colo Colo, sale la U. El ruido, los proyectiles y el papel picado inundan el aire y la cancha. Pero hay un sonido que apenas escuchas, que no presientes que es para ti. Hay un proyectil que se te clava en la mitad del pecho y entonces caes en el medio de la Garra Blanca. Sólo entonces recuerdas que a la U nadie la traiciona.Y, mientras te observo a través de la mira telescópica, veo que del corazón te brota sangre azul.

2007/07/20

Carta a Fontanarrosa

Querido Negro: Con vos se fue un grande. Pocas veces he dicho ésto porque siempre intenté escapar a los lugares comunes, pero me animo a decirlo porque fundamentalmente son muy pocos los que merecen ese calificativo.Fuiste un tipo especial como todos imaginan. Un buen tipo, un genio humilde. Toda tu obra fue soberbia, una fiera impiadosa contra la mediocridad general. En lo personal siempre me encandiló ese amor incondicional por tu vida rosarina, tu familia, tus amigos; y aunque seguramente te hubiera convenido vivir en Buenos Aires, cerca de la redacción de los diarios, de las editoriales y en contacto con tus colegas, lo cierto es que jamás abandonaste Rosario. Dicen que uno es alguien en el lugar en que vive; quizá por eso los que no se van del barrio en épocas de vacas gordas es la que tanto se respeta y se quiere.Recuerdo que cuando di mi primer concierto importante en tu ciudad, en un lugar llamado Willy Dixon, mientras conversaba con los músicos en el camarín la puerta se abrió y entraste a saludarme. Hacía un tiempo que no te veía y sentí una inmensa emoción. La conversación giró en torno a "la novedad". Ahí mismo me contaste la decisión de darle pelea y aprender a dibujar con la mano izquierda desde cero. A partir de ese momento, en todos mis viajes a Rosario y casi como un ritual, te llamaba por teléfono y hablábamos un ratito de nuestras cosas. En circunstancias como éstas, me vuelvo a cuestionar por qué es tan compleja nuestra existencia, esa ruleta siniestra que hace que la felicidad dependa de quién sabe qué. Hoy se gana algo y mañana perdemos todo. “Negro”, algún día nos veremos nuevamente. Estaremos en un mundo sin brazos, sin piernas, sin cuerpo. Allí por suerte no habrá enfermedades y también, como en la tierra, seguiré estando orgullosamente agradecido de tu amistad.

Manuel Rodríguez "Gillespi"

Homenaje

CON TODO AFECTO.

¡UY DIÓ, SE MURIÓ FONTANARROSA!
SABÍA, SABÍA,
¡PERO NO ME LO ESPERABA!
ES COMO NOS PASA CON LOS PIBES,
NUNCA CREEMOS QUE DIOS O EL DESTINO
O LA SIMPLE Y FULA PARCA SE LOS LLEVARÁ.
CREÍ QUE UN DIA,
AL LEVANTARMEME DECÍAN
EL NEGRO ESTÁ MEJOR
TIENE PA’ RATO
IMAGINABA A LOS DIOSES,
TODOS,
JUNTÁNDOSE EN “ EL CAIRO”
Y TOMÁNDOSE UN CAFÉ
Y UN PAR DE ESCABIOS,
LEVANTABAN LOS PULGARES Y DECÍAN.
AL QUE DIBUJA COMO UNO DE NOSOTROS,
AL QUE CREA VIDAS,
CADA DÍA,
SE LE TIRA UN NAIPE SALVADOR,
UN TIENTO PARA DARLE UNA VEZ NOSOTROS,
A ÉL,
QUE NOS DIO TANTO,
UN GOLCITO DE VENTAJA,
PARA IRSE MÁS TRANQUILO AL ENTRETIEMPO
CON EL FRÍO DE ESTE INVIERNO DE TESTIGO,
JUSTO HOY,
EN LAS VÍSPERAS TE PIRASTE NEGRO
Y LA ARGENTINA ENTERA SE QUEDÓ SIN UN AMIGO.

Mario Sorsaburu

La despedida










¡Eso es fútbol!

Viejo con árbol

A un costado de la cancha había yuyales y, más allá, el terraplén del ferrocarril. Al otro costado, descampado y un árbol bastante miserable. Después las otras dos canchas, la chica y la principal. Y ahí, debajo de ese árbol, solía ubicarse el viejo.Había aparecido unos cuantos partidos atrás, casi al comienzo del campeonato, con su gorra, la campera gris algo raída, la camisa blanca cerrada hasta el cuello y la radio portátil en la mano. Jubilado seguramente, no tendría nada que hacer los sábados por la tarde y se acercaba al complejo para ver los partidos de la Liga. Los muchachos primero pensaron que sería casualidad, pero al tercer sábado en que lo vieron junto al lateral ya pasaron a considerarlo hinchada propia. Porque el viejo bien podía ir a ver los otros dos partidos que se jugaban a la misma hora en las canchas de al lado, pero se quedaba ahí, debajo del árbol, siguiéndolos a ellos.Era el único hincha legítimo que tenían, al margen de algunos pibes chiquitos; el hijo de Norberto, los dos de Gaona, el sobrino del Mosca, que desembarcaban en el predio con las mayores y corrían a meterse entre los cañaverales apenas bajaban de los autos.—Ojo con la vía íalertaba siempre Jorge mientras se cambiaban.—No pasan trenes, casi ítranquilizaba Norberto. Y era verdad, o pasaba uno cada muerte de obispo, lentamente y metiendo ruido.—¿No vino la hinchada? íya preguntaban todos al llegar nomás, buscando al viejoí. ¿No vino la barra brava?Y se reían. Pero el viejo no faltaba desde hacía varios sábados, firme debajo del árbol, casi elegante, con un cierto refinamiento en su postura erguida, la mano derecha en alto sosteniendo la radio minúscula, como quien sostiene un ramo de flores. Nadie lo conocía, no era amigo de ninguno de los muchachos.—La vieja no lo debe soportar en la casa y lo manda para acá íbromeó alguno.—Por ahí es amigo del referí —dijo otro. Pero sabían que el viejo hinchaba para ellos de alguna manera, moderadamente, porque lo habían visto aplaudir un par de partidos atrás, cuando le ganaron a Olimpia Seniors.Y ahí, debajo del árbol, fue a tirarse el Soda cuando decidió dejarle su lugar a Eduardo, que estaba de suplente, al sentir que no daba más por el calor. Era verano y ese horario para jugar era una locura. Casi las tres de la tarde y el viejo ahí, fiel, a unos metros, mirando el partido. Cuando Eduardo entró a la cancha —casi a desgano, aprovechando para desperezarse— cuando levantó el brazo pidiéndole permiso al referíí, el Soda se derrumbó a la sombra del arbolito y quedó bastante cerca, como nunca lo había estado: el viejo no había cruzado jamás una palabra con nadie del equipo.El Soda pudo apreciar entonces que tendría unos setenta años, era flaquito, bastante alto, pulcro y con sombra de barba. Escuchaba la radio con un auricular y en la otra mano sostenía un cigarrillo con plácida distinción.—¿Está escuchando a Central Córdoba, maestro? —medio le gritó el Soda cuando recuperó el aliento, pero siempre recostado en el piso. El viejo giró para mirarlo. Negó con la cabeza y se quitó el auricular de la oreja.—No ísonrió. Y pareció que la cosa quedaba ahí. El viejo volvió a mirar el partido, que estaba áspero y empatadoí. Música ídijo después, mirándolo de nuevo.Algún tanguito? —probó el Soda.—Un concierto. Hay un buen programa de música clásica a esta hora.El Soda frunció el entrecejo. Ya tenía una buena anécdota para contarles a los muchachos y la cosa venía lo suficientemente interesante como para continuarla. Se levantó resoplando, se bajó las medias y caminó despacio hasta pararse al lado del viejo.—Pero le gusta el fútbol —le dijo—. Por lo que veo.El viejo aprobó enérgicamente con la cabeza, sin dejar de mirar el curso de la pelota, que iba y venía por el aire, rabiosa.—Lo he jugado. Y, además, está muy emparentado con el arte —dictaminó después—. Muy emparentado.El Soda lo miró, curioso. Sabía que seguiría hablando, y esperó.—Mire usted nuestro arquero —efectivamente el viejo señaló a De León, que estudiaba el partido desde su arco, las manos en la cintura, todo un costado de la camiseta cubierto de tierra—. La continuidad de la nariz con la frente. La expansión pectoral. La curvatura de los muslos. La tensión en los dorsales —se quedó un momento en silencio, como para que el Soda apreciara aquello que él le mostraba—. Bueno... Eso, eso es la escultura...El Soda adelantó la mandíbula y osciló levemente la cabeza, aprobando dubitativo.—Vea usted —el viejo señaló ahora hacia el arco contrario, al que estaba por llegar un córner— el relumbrón intenso de las camisetas nuestras, amarillo cadmio y una veladura naranja por el sudor. El contraste con el azul de Prusia de las camisetas rivales, el casi violeta cardenalicio que asume también ese azul por la transpiración, los vivos blancos como trazos alocados. Las manchas ágiles ocres, pardas y sepias y Siena de los mulos, vivaces, dignas de un Bacon. Entrecierre los ojos y aprécielo así... Bueno... Eso, eso es la pintura.Aún estaba el Soda con los ojos entrecerrados cuando al viejo arreció.—Observe, observe usted esa carrera intensa entre el delantero de ellos y el cuatro nuestro. El salto al unísono, el giro en el aire, la voltereta elástica, el braceo amplio en busca del equilibrio... Bueno... Eso, eso es la danza...El Soda procuraba estimular sus sentidos, pero sólo veía que los rivales se venían con todo, porfiados, y que la pelota no se alejaba del área defendida por De León.—Y escuche usted, escuche usted... —lo acicateó el viejo, curvando con una mano el pabellón de la misma oreja donde había tenido el auricular de la radio y entusiasmado tal vez al encontrar, por fin, un interlocutor válido—... la percusión grave de la pelota cuando bota contra el piso, el chasquido de la suela de los botines sobre el césped, el fuelle quedo de la respiración agitada, el coro desparejo de los gritos, las órdenes, los alertas, los insultos de los muchachos y el pitazo agudo del referí... Bueno... Eso, eso es la música...El Soda aprobó con la cabeza. Los muchachos no iban a creerle cuando él les contara aquella charla insólita con el viejo, luego del partido, si es que les quedaba algo de ánimo, porque la derrota se cernía sobre ellos como un ave oscura e implacable.—Y vea usted a ese delantero... —señaló ahora el viejo, casi metiéndose en la cancha, algo más alterado—... ese delantero de ellos que se revuelca por el suelo como si lo hubiese picado una tarántula, mesándose exageradamente los cabellos, distorsionando el rostro, bramando falsamente de dolor, reclamando histriónicamente justicia... Bueno... Eso, eso es el teatro.El Soda se tomó la cabeza.—¿Qué cobró? —balbuceó indignado.—¿Cobró penal? —abrió los ojos el viejo, incrédulo. Dio un paso al frente, metiéndose apenas en la cancha—. ¿Qué cobrás? —gritó después, desaforado—. ¿Qué cobrás, referí y la reputísima madre que te parió?El Soda lo miró atónito. Ante el grito del viejo parecía haberse olvidado repentinamente del penal injusto, de la derrota inminente y del mismo calor. El viejo estaba lívido mirando al área, pero enseguida se volvió hacia el Soda tratando de recomponerse, algo confuso, incómodo.—...¿Y eso? —se atrevió a preguntarle el Soda, señalándolo.—Y eso... —vaciló el viejo, tocándose levemente la gorra—...Eso es el fútbol.

2007/04/05

Gran concurso gran...


NUEVO GLOSARIO PARA LA OFICINA DEL BICENTENARIO

Benjaminear: (Int.)Liderar de manera abnegada grandes agrupaciones, de manera preferente mayores a 300 integrantes./ (Barb.)Suele confundirse su uso con expresiones como “¡Guena flaco! ”, arenga de antigua data que usaban los agricultores de la cuenca del río Mataquito.
Calamardear: (Chi.)Gruñir todo el día y reclamar por todo como un abuelo/ (Sin.)Tuquear, abuelear, chochear.
Conejear: (Int.)Fragmentar un todo en infinitas partes más pequeñas.
Evaristear: (Int.)Proferir comentarios absolutamente fuera de contexto con voz marcadamente grave y con la mayor seriedad./ (Ej.)”…Arica de las ocho ¿quién pidió Arica de las ocho?”, “…Y tú ¿te enamoraste ella?”.
Gabrielear: (Esp.)Hacerse el lindo con el público, utilizando expresiones en desuso como: “No obstante…”, “Sin embargo…”, “La verdad es que…”.
Gerardear: (Esp.)Tramitar en exceso algún requerimiento./ (Chi.)Hacer comentarios venenosos de sus compañeros y no sufrir rasguño alguno.
Julear: (Esp.)Ser intruso y metete, acudiendo donde no se le llama./ (Chi.)Huir cobardemente de manifestaciones hechas en su honor./ (En desuso)La capacidad de ser laboralmente polifuncional./(Sin.)Tutear, Dalai Lamear.
Lear: (Esp.)Hacerse el lindo con la jefatura./ (Chi.)Hablar en forma autorrefente y megalómana de las actividades en que ha participado./ (Int.)Tener una salud muy frágil y pedir licencias con frecuencia./ (Sin.)Marcelear.
Marcelear: (Int.)Comprar compulsivamente lo que se presente./ (Int.)Tener una salud muy frágil y pedir licencias con frecuencia./ (Sin.)Lear.
Monear: (Chi.coloq.)Hinchar las pelotas a sus colegas./ (Sin.)Adormilar, aburrir, dar la lata, hacerse el lindo, ser fome, ser hediondo de fome.
Patourrear: (Chi.)Intrusear cuanto computador ajeno esté disponible, en especial carpetas como “Archivos temporales” y “Mis documentos”.
Pedrear: (Chi.)Estar la mayor parte de las veces colgado sobre cualquier tema que no tenga relación con política contingente./ (Folc.)Una antigua leyenda cuenta que el primer pedrerista fue enterrado con su radio receptor sintonizado en radio Agricultura.
Pilear: (Int.)Ser sufrida y víctima de todos los males del mundo./ (Esp.)Ser atormentada injustamente a diario, con tareas monstruosas como trazar cartas, hacer pronósticos y compartir innecesariamente con huestes de colegas ordinarios e insufribles.
Robertear: (Int.)Temer excesivamente cualquier tipo de situaciones inesperadas./ (Folc.)El origen de este verbo es desconocido, pero viene indisolublemente asociado a la frase “…¡ Hasta cuando nos miente señor Latorre ! ”.
Rubenear: (Chi.)Acosar a miembros del sexo opuesto (y también del propio), rayando en ocasiones con la pedofilia./(En desuso)Escribir cuartillas pseudocientíficas y gritarlo a los cuatro vientos./ (Folc.)Durante el último tiempo se ha venido asociando este verbo a peleas pandillescas, con rasguños y mordidas de oreja incluidas.
Sandovalear: (Chi)Jugar cuanto partido de fútbol, tenis, cricket o pelota vasca se presente (y creerse bueno)./ (Folc.)Este verbo es de amplio uso en las zonas rurales más recónditas.
Torrancear: (Int.)Actuar de manera psicopática e impulsiva, cortándole la cabeza a los que no cumplen sus expectativas.
Victorear: (Esp.)Sentirse constantemente destruido (a)./ (Folc.)Su uso tiende a confundirse con triunfar, sin embargo se recalca que significa lo contrario, por ejemplo: ”¡...Estoy destruida!”.

Abreviaturas:
Barb. Barbarismo
Chi. Chile
Coloq. Coloquial
Esp. España
Folc. Dato folclórico
Int. Internacional
Sin. Sinónimos
O.H.D.

2007/03/19

Plagios y más plagios

Dicen que la diferencia entre una broma simpática y otra pesada, es que por la segunda además de reirse... te felicitan

2007/03/15

Para que no me olvides...

Pensaba en cuál había sido el suceso más importante del último tiempo... y me acordé del poema de Benedetti que circuló tan profusamente, para festejar el acontecimiento

A LA MUERTE DE UN CANALLA
Mario Benedetti
Los canallas viven mucho, pero algún día se mueren
Obituario con hurras
Vamos a festejarlo
vengan todos
los inocentes
los damnificados
los que gritan de noche
los que sueñan de día
los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan
vamos a festejarlo
vengan todos
el crápula se ha muerto
se acabó el alma negra
el ladrón
el cochino
se acabó para siempre
hurra
que vengan todos
vamos a festejarlo
a no decir
la muerte
siempre lo borra todo
todo lo purifica
cualquier día
la muerte no borra nada
quedan siempre las cicatrices
hurra
murió el cretino
vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre
vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste es un muerto cualquiera
vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda