2006/08/20

El momento apropiado.


Encontrábame mirando los pajaritos durante un corto receso de soltería, después de una tormentosa (y jugosa) relación de medio año... cuando un ángel (entiéndase mensajero) me invitó a una fiestecilla veraniega, que según el tendría abundante carnecita de la más alta calidad... su hermana estudia educación física e invitaría a todas sus compañeras... Bien

Fui con mis mejores plumas y la confianza del que no tiene ataduras... Bien

Una chica muy parecida a esa modelo de Revlon, que me hacía zapatear en los avisos televisivos de finales de los 90, se me acercó (toda coqueta ella) y empezamos a conversar... Bien

Cuando me preguntó en qué trabajaba... no pude resistirme y le dije que era conservador de bienes raíces. Abrió sus hermosos ojos negros y puso cara de sorpresa (seguramente había subido muchos peldaños en su escala de interés)... sentí un apretón en mi brazo y me di cuenta que era su manita... Bien

Siguió el interrogatorio con renovado interés... al preguntarme dónde quedaba mi oficina y cuáles eran mi tareas específicas, me vi en la obligación de decirle que era jardinero en un pequeño condominio y que mis principales tareas eran cuidar el césped y limpiar los regalitos de las mascotas...
Traté de encontrar su mirada de nuevo... pero su figura se veía cada vez más lejana, hasta que desapareció tras unos Ficus polacos

Se acercó un amigo y cuando le conté lo sucedido, me dijo que era algo típico mío, que era un total desubicado... que a las chicas lindas no les gusta que las molesten y que por último, el chiste era pésimo...
Le dije que estaba equivocado... que el chiste era bueno.